Últimamente me estoy aficionando a poner ingredientes más saludables en mis preparaciones. Estoy sustituyendo, en la medida de lo posible, la mantequilla por el aceite de oliva virgen extra y, contrariamente a lo que pensaba, no le quita sabor a los otros ingredientes. Estoy utilizando arbequina 100%. También en este bizcocho se sustituye la mantequilla por queso ricotta y la esponjosidad de la miga es espectacular. Por eso os animo a que probéis estos cambios.
La receta que os traigo hoy es del blog "Tavolartegusto" que sigo y que me encanta.
Aquí os dejo el enlace por si os interesa: Tavolartegusto
Ingredientes
Para un molde de 22 cm
200 g de harina
200 g de ricotta fresca
2 huevos grandes (Ta)
160 g de azúcar
50 g de aceite de oliva virgen extra
2 cucharadas de leche (Ta)
ralladura de 1 limón grande
ralladura de una naranja grande
1 vaina de vainilla
15 g de levadura de repostería
1 cucharada de azúcar glas
Antes que nada, alrededor de 1/2 hora antes de preparar el pastel, sacamos la ricotta de la nevera, la pesamos y mezclamos bien con una cuchara de madera hasta obtener una crema. La dejamos a temperatura ambiente.
Rallamos la cáscara de naranja y de limón y la ponemos en un recipiente. Añadimos los huevos y el azúcar y batimos durante 3 minutos hasta obtener una masa muy ligera y esponjosa.
Añadimos el aceite a la mezcla en hilo y seguimos batiendo durante 1 minuto. La masa será más líquida pero aún con cuerpo y densa. Agregamos una cucharada de harina y mezclamos bien. Si usamos una amasadora batiremos a velocidad media para incorporar bien la harina.
Añadimos la ricotta mezclando a velocidad media durante 1 minuto. En este momento añadimos el resto de la harina tamizada con la levadura de un solo golpe, seguimos mezclando y añadimos las dos cucharadas de leche. Mezclamos durante 1 minuto más.
Pasamos la mezcla a un molde engrasado con mantequilla y enharinado y lo metemos al horno precalentado a 180º durante 30 minutos aproximadamente.
Después de comprobar que está bien cocida la sacamos del horno y la dejamos enfriar durante 10 minutos antes de desmoldarla. Luego la dejamos enfriar otros 20 minutos. Le añadimos la cucharada de azúcar glas por encima y ya podemos degustarla.
La ricotta crea una especie de costra en el pastel por eso debéis vigilar que no se os pase.
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