martes, 24 de octubre de 2017

Roscón de avellanas



Me encantan las masas levadas y últimamente es lo que más hago pero es que son muy agradecidas y también deliciosas. Este roscón me recuerda bastante a los bollos de canela aunque su sabor es diferente. Por eso os animo a que lo hagáis. No os defraudará ¡seguro!


Ingredientes:

225 g de harina para pan 
1/2 cucharadita de sal
1 sobre de levadura seca de fácil disolución
25 g de mantequilla troceada
125 ml de leche tibia
1 huevo batido

RELLENO

50 g de mantequilla ablandada
50 g de azúcar moreno fino
25 g de avellanas picadas
25 g de jengibre confitado, picado
50 g de una mezcla de piel de cítricos confitada
1 cucharada de ron o brandi (opcional)
100 g de azúcar glass para decorar
2 cucharadas de zumo de limón




Engrasamos una bandeja para el horno con mantequilla. En un bol, tamizamos la harina, la sal y la levadura. Añadimos luego la mantequilla troceada y la trabajamos con las manos. Vertemos la leche y el huevo y amasamos a continuación hasta formar una masa.

Colocamos la masa en un bol engrasado, la cubrimos y la dejamos en un lugar cálido alrededor de 40 minutos, hasta que doble su volumen. Amasamos 1 minuto y golpeamos con suavidad para eliminar el aire. Con el rodillo, la extendemos en un rectángulo de 30 x 23 cm.

Para preparar el relleno, batimos la mantequilla con el azúcar a punto de crema. A continuación, añadimos la avellana, el jengibre, la piel de cítricos y el licor. Extendemos el relleno sobre la pasta, dejando un reborde libre de 2,5 cm.

Enrollamos la masa, por el lado ancho, y formamos un cilindro. Lo cortamos en rebanadas de 2,5 cm de espesor. Las disponemos unas junto a otras sobre la bandeja formando un círculo. Cubrimos la corona y la dejamos leudar  en un lugar cálido durante 30 minutos.

Cocemos la corona en el horno precalentado a 190ºC durante unos 20-30 minutos, o hasta que esté dorada. Mientras tanto, mezclamos el azúcar glas con el zumo de limón para obtener un glaseado fino.

Dejamos que la corona se entibie antes de decorarla con el glaseado. La servimos en cuanto el azúcar haya cuajado.


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