miércoles, 10 de julio de 2019

Flan Pâtissier





La receta de hoy es muy resultona para lo fácil que es de hacer. Hacía tiempo que quería prepararla pero cada vez que me ponía a ello, eran tantas las recetas que circulan por la red que no me acababa de decidir. Así que busqué en mis innumerables libros de repostería y me decidí por la del libro de Ladurée, aunque con alguna pequeña modificación.

Esta tarta de flan en realidad es la combinación de una masa quebrada y una crema pastelera que se hornea. Algunos pasteleros utilizan hojaldre para la base. Eso va en gustos. A mi me encanta la masa quebrada y esta receta queda muy bien.

Pasta quebrada

250 g de harina de repostería
125 g de mantequilla muy fría
1 pizca de sal
25 g de azúcar
4 cucharadas de agua fría
2 yemas de huevo

Tamizamos la harina sobre un cuenco grande. Añadimos la mantequilla cortada en trozos muy pequeños. Trabajamos esta mezcla con las manos hasta que adquiera una consistencia arenosa. Añadimos el azúcar y  la sal y mezclamos ligeramente.

Añadimos las yemas y el agua. Yo, en principio, añadí 3 cucharadas de agua pero luego tuve que añadir la cuarta. Mezclamos bien hasta que la masa esté homogénea y se mantenga unida pero no la trabajamos en exceso.

Formamos un disco con la masa en un papel de film y la ponemos en la nevera al menos 1 hora. (Yo la estiré bastante en forma de círculo antes de meterla en la nevera para que luego no me costara tanto darle forma).

Relleno de flan

2 vainas de vainilla 
500 ml de leche entera
325 ml de nata líquida
2 huevos y 3 yemas
210 g de azúcar
75 g de almidón de maíz
25 g de mantequilla

Con un cuchillo afilado, cortamos las vainas de vainilla por la mitad a lo largo. Rascamos el interior con la punta para retirar las semillas. Vertemos la leche y la nata en un cazo con las semillas y la vaina de vainilla. Llevamos a ebullición. Retiramos del fuego y tapamos. Quitamos las vainas.
En un cuenco grande batimos los huevos, las yemas y el azúcar hasta que la mezcla adquiera un tono claro. Añadimos el almidón de maíz. Mezclamos. Echamos un poco de la mezcla de leche en el cuenco para templar las yemas y que no cuajen. Mezclamos bien y añadimos el resto de la leche. Volvemos a mezclar y volcamos todo en la cacerola donde habíamos calentado la leche. Llevamos a ebullición a fuego medio bajo sin dejar de remover con las varillas para que no forme grumos. Retiramos las natillas del fuego y las vertemos en un cuenco grande. Esperamos unos minutos y añadimos la mantequilla. Ello le dará una consistencia sedosa. Ponemos un papel de film pegado a la crema para que no haga costra y dejamos que se enfríe completamente.

Mientras se enfría la crema (unas 4 horas) sacamos la masa de la nevera, forramos un molde de 20 cm con ella después de haberle puesto mantequilla para desmoldar con facilidad y la metemos en el congelador. La dejamos hasta que se enfríe la crema.

Calentamos el horno a 200ºC

Echamos la crema en el molde, bajamos el horno a 175º y metemos la tarta durante 90 minutos. Cuando le falten 15 minutos la podemos cubrir con papel de aluminio para que no se tueste mucho la superficie, pero eso va en gustos. He visto esta tarta completamente tostada por la superficie y también resulta muy atractiva.

Una vez hecha, la sacamos del horno, la ponemos a enfriar en una rejilla y cuando esté bien fría la desmoldamos. La tarta está mejor de un día para otro. La ponemos en la nevera cubierta con papel de film.

Espero que os guste.