lunes, 9 de enero de 2017

Angel food cake




Después de preparar crema catalana para una comida familiar, me he encontrado con una gran cantidad de claras en la nevera. Pensé en hacer unos macarons que siempre son muy bien recibidos pero al final me decanté por el angel food cake. Nunca lo había hecho y tenía verdadera curiosidad por saber si me saldría.

Cogí el libro de Martha Stewart y me puse manos a la obra. Para variarlo, y ya envalentonada, le eché una cucharada de pasta de fresa por lo que adquirió un sutil tono rosa y un sabor delicioso.

Estos pasteles son muy ligeros ya que no llevan mantequilla ni aceite. Para que crezcan, como tampoco llevan agentes leudantes, el merengue hay que batirlo muy bien. También es importante enfriar el pastel boca abajo para que no se hunda. Si no tenéis el molde adecuado con patitas, podéis hacerlo en uno de tubo sin engrasar previamente y para enfriarlo, apoyarlo sobre algo que se os ocurra.



Os pongo la receta, que es para 10 ó 12 raciones.

Ingredientes:

120 g de harina
300 g de azúcar
12 claras de huevo (unos 330 ml)
1 cucharadita de cremor tártaro
1/4 de cucharadita de sal
1 cucharada pasta de fresa de Home chef

Elaboración:

Precalentamos el horno a 170ºC. Pondremos la rejilla en el nivel más bajo.

Tamizamos la harina y reservamos.

Con una batidora eléctrica a velocidad media batimos las claras hasta que estén espumosas, alrededor de 1 minuto. Añadimos el cremor tártaro y la sal . Batimos hasta que se formen picos suaves. Unos 2 minutos y 1/2 . Añadimos poco a poco el azúcar y subimos la velocidad a media alta hasta que se formen picos firmes.

Espolvoreamos la harina poco a poco y vamos mezclando con las varillas. No hay que mezclar en exceso porque las claras se deshincharán. Añadimos la pasta de fresa y mezclamos.

Vertemos cuidadosamente en un molde de tubo de 25 cm. Deslizamos suavemente la espátula acodada por el centro de la masa para eliminar burbujas de aire grandes. (yo no lo hice y sí, me apareció alguna que otra gran burbuja).

Horneamos unos 40-45 minutos.

Retiramos el pastel del horno e invertimos el molde apoyándolo sobre sus patas o sobre una botella de cristal y dejamos enfriar por completo.

Mientras, puedes preparar el café.



Volteamos el molde de nuevo. Deslizamos un cuchillo por el borde del pastel para que se suelte y lo giramos sobre una bandeja de servir. El pastel se puede guardar a temperatura ambiente, envuelto en film transparente, máximo de 2 días.



Espero que os haya gustado la receta. Yo, como me quedó mejor de lo que esperaba, tengo planeado hacerlo de limón. Ya os contaré